martes, 17 de abril de 2012

Algunas personas creen que la fuerza viene de ser superior: Ganar todo el tiempo, hacer que otros pierdan, señalando sus puntos débiles.
Algunas piensan que proviene de nunca fallar: No depremirse, y permanecer intactos emocionalmente ante cualquier situación.

Sin embargo, una verdadera fuerza no está determinada por la cantidad de debilidad que no se tiene, está determinada por la fuerza de creer en uno mismo y aceptar tus debilidades.

No hay nada malo en ser débiles, o no saber algo. Lo que realmente importa es aprender a reconocer y aceptar estas deficiencias y se esforzarse por mejorar.
Ser humillados o recibir una respuesta ofensiva, no es más que una cubierta ante la desesperada necesidad de ocultar y negar debilidades.